sábado, 24 de mayo de 2014

Cognitivo

Además del desarrollo motor, durante los primeros años de vida se produce una evolución exponencial del desarrollo cognitivo donde los pequeños descubren el mundo a través de su evolución en dicha área.





En el momento del nacimiento surgen unos reflejos innatos como son succionar, agarrar, etc. a partir de ellos se empieza a aprender, son respuestas ante un estímulo.

Al ir creciendo los estímulos atractivos son cada vez más complejos, sigue mirando lo brillante y los contrastes, los movimientos (boca, ojos, cabeza,…), agrado por el contacto físico y el olor de sus seres cercanos.

A través de los sentidos y los movimientos mantiene la relación con el mundo. Así se va dando cuenta de las consecuencias de sus acciones, es decir desarrolla el conocimiento a través de los estímulos.

El primer mes se caracteriza por el egocentrismo sensoriomotor y existe una incapacidad para distinguir lo propio del resto.




Durante los cuatro primeros meses se produce el control de las conductas reflejas, modifican la conducta según los estímulos presentes y se desarrollan las primeras conductas de juego.

Los primeros meses la función simbólica está relacionada con los signos, y ésta se inicia con el acto de señalar. A partir de los dos años la función simbólica está relacionada con las señales.

Al realizar movimientos con las manos se establecen conexiones en el cerebro, es el primer paso, el segundo es establecer una relación con el medio

La percepción de profundidad es innata o aprendida muy temprano, pero no implica un temor a las alturas. El sentido del peligro se desarrolla más tarde y está relacionado con la habilidad para moverse por sí solos

Antes de los cuatro meses la imitación está relacionada con la imitación refleja. A esta edad comienzan las conductas imitativas, es decir la imitación de conductas ya adquiridas.

Durante el primer año de vida surge el desarrollo de la organización espacial tanto del espacio postural como del espacio circundante, es decir del ambiente. La noción del espacio, el desarrollo perceptomotor, comienza en el nacimiento y continúa durante los dos años. La evolución del espacio comienza primero con la visión y las posibilidades motrices, y posteriormente en el periodo preoperacional, con la orientación, la situación el tamaño y la dirección, es decir la maduración nerviosa más las experiencias que se tienen con el mundo exterior.




Durante el primer año de vida el conocimiento está condicionado por la constancia del tamaño y de la forma. 

A los dos años de vida se produce el desarrollo de la organización temporal, se aprenden conceptos abstractos como es deprisa, despacio antes o después. Este aprendizaje dura hasta los 6 años.

El periodo de 0-2 se caracteriza por la permanencia del objeto. Surge el conocimiento de los objetos y del propio ser de los objetos y el comportamiento de los mismos, se experimenta con las leyes objetivas sin comprenderlas.

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