- Tacto: Responde a la presión, la textura, la temperatura y
la proximidad al dolor.
- Vista: Pueden seguir y rastrear un objeto, tienen
desarrollado el reflejo fotomotor. Pueden detectar la luz y la oscuridad,
incluso ver en escala de blanco, negro y grises pero no pueden ver todos los
colores. Son capaces de diferenciar en cuanto a color y luminosidad. Comienzan
a mostrar un cierto interés por el entorno durante cortos periodos de tiempo.
Sólo puede enfocar a una distancia de entre 20 y 30 centímetros.
Un poco más tarde, sobre los dos meses, puede seguir objetos
en lentos movimientos a una distancia de 30-60 centímetros. Se produce un
avance notable, ya que es capaz de percibir bastante bien los detalles más
pequeños y puede enfocar a casi cualquier distancia. Es aquí cuando se
perfecciona la coordinación ojo-mano.
Durante el tercer mes se produce un aumento del control
muscular del ojo que le permite seguir objetos. Se produce un incremento de la
agudeza visual que le permite discriminar los objetos a partir de fondos con un
mínimo contraste.
- Olfato: Son capaces de reconocer el olor de su madre. Está
desarrollado incluso antes de nacer. Pueden distinguir olores específicos. Por
su expresión puede verse cómo muestran agrado por aromas como vainilla y
fresas, y desagrado con otro tipo de olores. Desde el primer momento de venir
al mundo son capaces de encontrar el pezón solo con el olfato y distinguen la
leche de su madre de entre otras leches.
- Gusto: Distingue entre los sabores dulces, amargos y ácidos.
El dulce es el sabor que más le gusta.
- Oído: Es el primer órgano sensorial que madura. Al poco de
nacer ya pueden girarse hacia el lugar del que proceden los ruidos que
detectan. Son capaces de distinguir tato tonos agudos como graves. Justo
después de nacer, la audición puede desequilibrarse debido al líquido que llena
el oído interno como resultado del parto. Este fluido desaparece un día o dos
después de nacer, y la audición vuelve a ser adecuada de nuevo. Incluso a los
tres días de edad, los bebés pueden distinguir la voz de su madre de la de un
extraño y muestran preferencia por la voz de la madre. Este reconocimiento
temprano de las voces puede ser un mecanismo para establecer vínculos entre
padres e hijos gracias al reconocimiento de las voces escuchadas mientras
estaban en el útero materno.
4-6 meses
- Tacto: Comienza a explorar el mundo que le rodea. El tacto
es muy importante para el desarrollo emocional del bebé.
- Vista: Se desarrolla la visión del color. Reconoce objetos y
los busca con la mirada, es capaz de ver a más distancia.
- Olfato: el órgano se encuentra completamente desarrollado.
En esta etapa el pequeño utiliza el olfato para distinguir entre aquellos
olores que le agradan y aquellos que le desagradan. Además es uno de los
sentidos que le ayuda a identificar tanto a la madre como a las personas
cercanas y junto al gusto permite distinguir los sabores.
- Gusto: Las papilas gustativas reciben su mayor estímulo a
través de la alimentación por lo que el bebé será capaz de responder de manera
distinta ante los cuatro sabores básicos: dulce, salado, agrio y amargo. En el
caso de salado, por lo general, el bebé comienza a reconocer este sabor a
partir de este mes.
- Oído: el órgano se encuentra totalmente desarrollado. A
través de dicho sentido el pequeño identifica las voces que le son familiares.
Es uno de los elementos fundamentales para poder comenzar a hablar, ya que se
produce la imitación de sonidos.
7-9 meses
- Tacto: Comienza a explorar el
mundo que le rodea. El tacto es muy importante para el desarrollo emocional del
bebé.
- Vista: Se desarrolla la visión del color. Reconoce objetos y
los busca con la mirada, es capaz de ver a más distancia. Puede mirar fijamente
objetos pequeños y empieza a tener una percepción de profundidad. Puede ver
todos los colores y poco a poco será capaz de seguir objetos que se muevan a
mayor velocidad.
- Olfato: en esta etapa de la vida ya se han introducido nuevos alimentos en la dieta y ésta comienza a ser mas parecida a la de un adulto. Esto le otorga al niño la posibilidad de experimentar con nuevos olores sabores, por lo que el desarrollo del olfato se agudiza.
- Gusto: Las papilas gustativas
reciben su mayor estímulo a través de la alimentación por lo que el bebé será
capaz de responder de manera distinta ante los cuatro sabores básicos: dulce,
salado, agrio y amargo. En el caso de salado, por lo general, el bebé comienza
a reconocer este sabor a partir de esta etapa.
- Oído: Gracias al sentido del oído responde con sonrisas y
balbuceos cuando se le llama por su nombre y distingue, por el tono de la voz, el
estado de ánimo de las personas. Le interesan los ruidos cotidianos y reconoce
alguno (teléfono, timbre de casa…). Es la etapa en la que le divierte hacer
ruido (por ejemplo golpeando objetos con el suelo o entre sí). Puede oír un
sonido débil aunque esté a cierta distancia.
10-12 meses
- Tacto: Explora el mundo que le
rodea. El tacto es muy importante para el desarrollo emocional del bebé. El
hecho de que sea capaz de desplazarse le permite multitud de experiencias
sensoriales a través del sentido del tacto.
- Vista: Cuenta con visión a color. Reconoce objetos y los
busca con la mirada, es capaz de ver a más distancia. Mira fijamente objetos
pequeños y tiene percepción de
profundidad. Puede ver todos los colores y poco a poco es capaz de seguir
objetos que se muevan a mayor velocidad.
- Olfato: Gracias al olfato y la mayor inserción de alimentos
nuevos en la dieta, a medida que el pequeño crece irá aceptando sabores más
complejos, como el que le da un batido de frutas con leche o yogurt.
- Gusto: Las papilas gustativas
reciben su mayor estímulo a través de la alimentación por lo que el bebé será
capaz de responder de manera distinta ante los cuatro sabores básicos: dulce,
salado, agrio y amargo. Aunque sigue teniendo preferencia por los sabores
dulces, ya acepta mejor los ácidos. Sabe perfectamente lo que le gusta y a la
hora de comer rechaza lo que le disgusta.
- Oído: En esta etapa el oído les ayuda a fomentar su
capacidad lingüística. El bebé nace con sentido del ritmo. El ritmo del habla
de los adultos pone su cuerpecito en movimiento. También es sensible a la
melodía o la entonación. A los tres meses, ya oye sonidos agudos que antes no
podía distinguir. Esto ayuda al bebé a distinguir mejor la voz del ruido de
fondo. Es su capacidad para oír diferentes sílabas (y distinguir incluso las
unidades de lenguaje más pequeñas, llamadas fonemas) lo que le convierte en un
niño verdaderamente internacional. Los bebés están preparados para el lenguaje
y, como recién nacidos, pueden detectar muchos más sonidos del habla que un
adulto. Antes de que el bebé emita una sola palabra, habrá estado balbuceando
fonemas que se encuentran, por ejemplo, en el japonés, el sueco o el urdu.
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